Calma que atraviesa nuestras vidas, frecuente alerta de la tormenta presente.
Convexa realidad que nos afectan sin temor a lo ocurrido, sin pensar que los siguientes podemos ser nosotros, sin creer que en nuestras manos está el futuro del porvenir, sin caer en que es ahora cuando debemos cambiar el mundo.
Pues somos dominados por locos, e inestabilidad recibimos de nuestra orbe.
Transeuntes dependientes, caminantes sin camino; Imaginación real que entorpece nuestra estrella, sin paramos un momento por miedo a poder perderla.
Súmmum incontrolable, desalentador desastre, que nos hace débiles para donar sustento al ser que escama, ajeno luchador por el hoy, quien sabe si sobrevivirá al mañana, mas tranquilos nos quedamos porque aquí no pasó nada.
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